martes, 17 de febrero de 2009

El revés de las lágrimas.


...lenta y trabajosamente, la verdad aparece frente a ella: la vida es así, ese conjunto de emociones, sapiencias, errores, tropiezos y felicidades estaban allí para ser vividas, tomadas o no, uno decidía, independientemente de los rezos o las súplicas esto era así, terrible y maravilloso, no era bueno ni malo, simplemente, sucedía. Los hilos de las vidas se cruzaban como caminos invisibles haciendo que sucedieran las cosas, como cada invierno resucitaba en la primavera cuando los brotes estallaban llenos de savia, y las flores eran la celebración del despertar; rezáramos o no, ocurriría igual...
...se trataba de celebrar la vida en tanto la tuviéramos, sacando lo mejor de nosotros para hacerlo, sin recursos plañideros, lloriqueos y trueques de promesas a cambio de algo.
Cristina Loza

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