martes, 17 de noviembre de 2009

EL DULCE SABOR DE UNA MUJER EXQUISITA


Si aún no ha pasado el bisturí por tu piel, si no tienes implantes de silicona en alguna parte de tu cuerpo, si los rollitos no te generan trauma, si nunca has sufrido de anorexia, si tu estatura no afecta tu desarrollo personal, si cuando vas a la playa prefieres divertirte en el mar y no estar sobre una toalla durante horas, si crees que la fidelidad sí es posible y la practicas, si sabes cómo se prepara un arroz, si puedes preparar un almuerzo completo, si tu prioridad no es ser rubia a como de lugar, si no te levantas a las 4:00 a.m. para llegar primera al gimnasio, si puedes salir con ropa de gimnasia tranquila a la calle un domingo sin una gota de maquillaje en el rostro... ESTÁS EN VÍA DE EXTINCIÓN.... Una mujer exquisita no es aquella que más hombres tiene a sus pies, si no aquella que tiene uno solo que la hace realmente feliz. Una mujer hermosa no es la más joven, ni la más flaca, ni la que tiene el cutis más terso o el cabello más llamativo, es aquella que con tan sólo una franca y abierta sonrisa y un buen consejo puede alegrarte la vida. Una mujer valiosa no es aquella que tiene más títulos, ni más cargos académicos, es aquella que sacrifica su sueño temporalmente por hacer felices a los demás. Una mujer exquisita no es la más ardiente (aunque si me preguntan a mí, todas las mujeres son muy ardientes... Los que estamos fuera de foco somos los hombres ) sino la que vibra al hacer el amor solamente con el hombre que ama. Una mujer interesante no es aquella que se siente halagada al ser admirada por su belleza y elegancia, es aquella mujer firme de carácter que puede decir NO. Y un HOMBRE... UN HOMBRE EXQUISITO es aquel que valora a una mujer así... Que se siente orgulloso de tenerla como compañera.... Que sabe tocarla como un músico virtuosísimo toca su amado instrumento... Que lucha a su lado compartiendo todos sus roles, desde lavar platos y atender tripones, hasta devolverle los masajes y cuidados que ella le prodigó antes.... La verdad, compañeros hombres, es que las mujeres en eso de ser 'Muy machas' nos llevan gran recorrido... ¡Qué tontos hemos sido -y somos- cuando valoramos el regalo solamente por la vistosidad de su empaque...! Tonto y mil veces tonto el hombre que come mierda en la calle, teniendo un exquisitímo manjar en casa.
Gabriel García Márquez

lunes, 9 de noviembre de 2009

Un poco de Fierro, Martín.

Su esperanza es el coraje, su guardia es la precaución, su pingo es la salvación, y pasa uno en su desvelo sin más amparo que el cielo ni otro amigo que el facón.
Cap. I 1440

Yo nunca me he de entregar a los brazos de la muerte; arrastro mi triste suerte paso a paso y como pueda, que donde el débil se queda se suele escapar el juerte.
Cap. I 1730

Dios formó lindas las flores, delicadas como son, les dio toda perfección y cuanto él era capaz, pero al hombre le dio más cuando le dio el corazón.
Cap. I 2155

El mal es el árbol que crece y que cortado retoña; la gente esperta o bisoña sufre de infinitos modos: la tierra es madre de todos, pero también da ponzoña.
Cap. II 345

José Hernández.

domingo, 23 de agosto de 2009

El amor de tu vida.



El amor de tu vida no conoce de edades, puede aparecer en la adolescencia, en la niñez, en la edad adulta o en la vejez, y no por eso será menor el cariño o el amor, este no conoce de horarios, ni de fechas, el amor verdadero no tiene fecha de comienzo ni de final, simplemente llega, se instala en tu corazón y todo cambia. De repente el tiempo juega en contra tuya, haciendo que los momentos que pasas junto a esa persona se conviertan en fugaces, y que la espera para volver a verla, se haga eterna.
El amor de tu vida no tiene por que ser el “ideal de belleza”, una persona con cuerpo diez; luego puedes descubrir que esa belleza es sólo exterior y que no llega más abajo de la piel…Hay que recordar que el cuerpo de una persona envejece, y que si te enamoras del cuerpo de alguien, ese amor, al igual que el cuerpo, se irá marchitando poco a poco; pero que cuando te enamoras del alma de una persona, ese alma por más que aparezcan arrugas y encanezca el cabello, seguirá siempre igual.

sábado, 1 de agosto de 2009

Mis días sin tí...


Mis días sin ti son tan oscuros,
Tan largos, tan grises.
Mis días sin ti son tan absurdos, Tan agrios, tan duros.
Mis días sin ti no tienen noches,
Si alguna aparece es inútil dormir. Mis días sin ti son un derroche, Las horas no tienen principio ni fin...




Tan faltos de aire
Tan llenos de nada Chatarra inservible
Basura en el suelo
Moscas en la casa







Mis días sin ti
son cómo un cielo
Sin lunas plateadas ni rastros de sol
Mis días sin ti son sólo un eco
Que siempre repite la misma canción...



Pateando las piedras Aún sigo esperando que vuelvas conmigo Aún sigo buscando en las caras de ancianos Pedazos de niño Cazando motivos que me hagan creer Que aún me encuentro con vida Mordiendo mis uñas Ahogándome en llanto Extrañándote tanto













Mis días sin ti... Cómo duelen los días sin ti
!

martes, 21 de julio de 2009

En el día del amigo...

Soy tu amiga y te quiero porque una vez me prestaste tu pañuelo para secar mi llanto y nunca me pediste que te lo de­volviera.
Soy tu amiga y te quiero porque mu­chas veces tendiste hasta mí tu interés, como un puente invisible, para que las pa­labras de mi confidencia fueran desde mi voz hasta tu pensamiento con la confiada desnudez de un jazmín... y las recogiste cariñosamente, haciendo con ellas un ra­mito de recuerdos, sin olvidarlas nunca.
Y porque me abriste la puerta de tu corazón sin esconder nada de lo que tenías dentro de él, y me dejaste tocar la traslú­cida piel de tu alegría y tu esperanza sin ponerte en guardia, con esa generosidad temeraria que da la confianza.
Soy tu amiga y te quiero porque com­prendiste mis temores y mis debilidades.
Porque me permitiste conocer tus temores y tus debilidades.
Porque nada de lo mío te ha resultado jamás indiferente.
Porque no te erigís en juez para juzgar mis actos, sino que te ponés de mi parte, defendiéndome ante los demás, aunque a veces no estés de acuerdo con mis convic­ciones o mi manera de encarar las cosas.
Soy tu amiga y te quiero porque, sin que nadie nos vea, me has quitado la venda de los ojos y me has hecho ver la realidad.
Porque podemos compartir la palabra "compartir".
Porque no nos sonrojamos cuando deci­mos que lo más importante en la vida es el amor.
Porque guardamos boletos capicúa, flor­citas secas entre las páginas de los libros, porque subrayamos las frases que nos con­mueven, sabemos de memoria las letras de algunos boleros, vimos ocho veces Hiroshi­ma mon amour y lloramos cada vez que pasan Casablanca por televisión.
Y, fundamentalmente, porque aunque no nos veamos ni nos hablemos por un tiempo, estás cuando te necesito y estoy cuando sé que me necesitas.
Poldy Bird

martes, 14 de julio de 2009


...Ahora, hombre de algún momento y algún beso y alguna flor durmiéndose en mi pecho... ahora, que no puedo fingir que no soy triste y no puedo fingir que no te quiero, que me conformo con un encuentro fugaz cada tanto para que encienda mis estrellas como el viejo del poema de mi adolescencia... ahora, hombre con armadura de alegría, hombre moreno y seco, cabeza de chiquillo, sonrisa de muchacho manos de ramas nuevas, ahora...
¿ a quién puedo llamar si necesito ayuda y es domingo?...

Olvido






...No te recuerdo. Podés hacer una hoguera con tu orgullo, con tu vanidad de hombre que se cree inolvidable, que cree que puede volver en cualquier momento y yo voy a decirte que sí, que cuándo, que a qué hora, que te estaba esperando...
Podés hacer una hoguera con mis cartas. Podés hacer una hoguera donde se quemen también, y para siempre, las palabras que tendí hasta tu oído como un puente de flores y de estrellas. Porque ya no me acuerdo de vos. Porque ya no me acuerdo, te olvidé... Y si no queres creerlo, no lo creas, pero dejame repetirlo hasta convencerme. Dejame, por lo menos intentar este olvido que tarda tanto, que no llega nunca...

martes, 17 de febrero de 2009

El revés de las lágrimas.


...lenta y trabajosamente, la verdad aparece frente a ella: la vida es así, ese conjunto de emociones, sapiencias, errores, tropiezos y felicidades estaban allí para ser vividas, tomadas o no, uno decidía, independientemente de los rezos o las súplicas esto era así, terrible y maravilloso, no era bueno ni malo, simplemente, sucedía. Los hilos de las vidas se cruzaban como caminos invisibles haciendo que sucedieran las cosas, como cada invierno resucitaba en la primavera cuando los brotes estallaban llenos de savia, y las flores eran la celebración del despertar; rezáramos o no, ocurriría igual...
...se trataba de celebrar la vida en tanto la tuviéramos, sacando lo mejor de nosotros para hacerlo, sin recursos plañideros, lloriqueos y trueques de promesas a cambio de algo.
Cristina Loza

jueves, 12 de febrero de 2009

Diálogo sobre un diálogo.

A- Distraídos en razonar la inmortalidad, habíamos dejado que anocheciera sin encender la lámpara. No nos veíamos las caras. Con una indiferencia y una dulzura más convincentes que el fervor, la voz de Macedonio Fernández repetía que el alma es inmortal. Me aseguraba que la muerte del cuerpo es del todo insignificante y que morirse tiene que ser el hecho más nulo que puede sucederle a un hombre. Yo jugaba con la navaja de Macedonio; la abría y la cerraba. Un acordeón vecino despachaba infinitamente la Cumparsita, esa pamplina consternada que les gusta a muchas personas, porque les mintieron que es vieja... Yo le propuse a Macedonio que nos suicidáramos, para discutir sin estorbo.

Z (burlón)- Pero sospecho que al final no se resolvieron

A (ya en plena mística)- Francamente no recuerdo si esa noche nos suicidamos.

Jorge Luis Borges

Celebración de la amistad.


En los suburbios de La Habana, llaman al amigo mi tierra o mi sangre.

En Caracas, el amigo es mi pana o mi llave: pana, por panadería, la fuente

del buen pan para las hambres del alma; y llave por...

-Llave, por llave -me dice Mario Benedetti.

Y me cuenta que cuando vivía en Buenos Aires, en los tiempos del terror, él

llevaba cinco llaves ajenas en su llavero: cinco llaves, de cinco casas, de

cinco amigos: las llaves que lo salvaron.

Eduardo Galeano.